Hace unas semanas recibí un encargo un tanto peculiar. Tenía que hacer una ilustración basada en una canción (eso no es nuevo) pero esta vez el soporte debía ser madera. Era el regalo que Juan Manuel le quería hacer a Natalia por sus bodas de madera (si las bodas de plata se celebran en el 25 aniversario, las de madera son el quinto; no tenía ni idea de que había un material para cada aniversario).
La canción era Nos vemos en abril, de Los Secretos. Y la frase que debía ilustrar decía:
A nado cruzaré
el mar que nos separa.
No me perderé,
me guían tus palabras sin mirar.
Chico nadando en el mar de noche y un faro. Y aunque el faro ilumina más bien poco, a él le da igual. Esa era la idea.
Casi siempre (por no decir siempre) dibujo en digital o, como poco, doy color en el ordenador a lo que he dibujado antes a mano. Dibujar sobre madera no es lo mismo que hacerlo sobre papel y ya lo de colorear... Miedo me daba. Pero no dije que no. Hace un tiempo me agencié un bote de cola para transferir imágenes desde un papel a otras superficies. Es una chulada.
Así que me puse a dibujar y a colorear como siempre, en el ordenador. Llevé a imprimir mi ilustración y seguí las instrucciones del fabricante para pasar el dibujo a la madera. Qué desastre. Supongo que cuando las imágenes son muy grandes hay más posibilidades de que salgan mal (hay más superficie donde poder liarla).
El proceso consiste en aplicar la cola en la madera (o donde necesites transferir la imagen) y en el dibujo por la cara de la tinta. Eso sí, el dibujo ha tenido que ser impreso con fotocopiadora o con impresora láser. Vamos, que la tinta debe proceder de un tóner. Una vez que tienes bien pegado el papel en la madera, aplicas calor y después vas quitando el papel con agua. Como lo oís. Vas deshaciendo el papel frotando despacito y mojándolo. Es un rollo, se tarda muchísimo. Pero cuando sale bien... es la repera.
Mi idea era hacer el dibujo cuadrado y del tamaño de un disco de vinilo de los grandes, un LP; o un maxisingle, si me apuras. Era una idea fantástica pero el resultado fue catastrófico.
Pero qué pena más grande. |
¡Mola mogollón! |
Además del regalo de madera, Juan Manuel le regaló a Natalia un CD con la canción de marras. Y ya que estábamos, preparé una portada, una contraportada y una galleta para el CD.
La portada |
La contraportada con la letra |
La galleta para el CD |
Por lo que me ha contado Juan Manuel, a Natalia le gustó muchísimo su regalo. Y yo me alegro un montón.
Ah, pienso aprovechar lo que queda en el bote de cola. Seguro que para imágenes más pequeñas me sale bien. Y si no, a la porra.
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